Rafael González
Correr con orgullo, coraje y sufrimiento. Experiencia de Rafael González en el Maratón de Zaragoza 2009
Por: Rafael González
En septiembre de 2008 sin un motivo concreto un día salí a correr. Tres kilómetros, 20 minutos. Al día siguiente repetí. Ya no he dejado ni dejaré de correr. A los tres meses debuté en una carrera popular, una media maratón y aquello acabó de engancharme. Por aquel entonces era consciente de mis limitaciones, y ni se me pasaba por la cabeza correr un maratón. Pasaron los meses y fui progresando, mejorando las marcas a cada carrera y disfrutando de este deporte. En Junio de este año decidí debutar en maratón y sería en mi ciudad, en Zaragoza.
Actualmente vivo cerca de Barcelona, así que debutar en mi ciudad le añadiría un toque emocional interesante. Fueron cuatro meses dedicados exclusivamente a preparar el maratón, compaginando trabajo y familia, claro está.
El primer día tuve claro, y así lo proclamé a los cuatro vientos, que quería debutar con ambición y lo haría en 3h30m.
Y llegó el día. Un día primaveral de noviembre. Todos los nervios y ansiedades quedaron atrás, ahora sólo tenía ilusión. La carrera empezó muy bien, recorriendo la parte vieja de la ciudad, y todo fluyó tal y como estaba previsto hasta el km 30. Incluso llevaba en ese punto siete minutos de adelanto. Pero allí empezaba el maratón, como todos me dijeron. Y allí, tras el famoso muro estaba el hombre del mazo.
Al principio no lo percibí y me dio dos avisos en los gemelos de la pierna izquierda. Poco a poco esos pinchazos fueron a más, hasta hacerme parar en dos ocasiones. En el km 34 se incorporó a la carrera mi hermano que tiró de mi lo que pudo. Mi ritmo había bajado alarmantemente y los calambres eran constantes. Cada tres o cuatro minutos se me subían los gemelos y tenía que parar. Quedaban sólo tres kilómetros y todo parecía perderse.
Pero me repuse, y a base de orgullo, coraje y mucho sufrimiento logré llegar a meta. 3h29m08s. Conseguí mi objetivo. Era feliz. Los que allí estaban sólo oyeron decirme una frase: nunca más correré otro maratón, este ha sido el primero y último.
Ahora ya estoy preparando el plan de entreno para regresar en el 2010 a Zaragoza a rendirle cuentas al señor del mazo…
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Rafael González tiene 43 años, es padre de dos niñas y trabaja en una empresa textil en un pueblo de la costa de Barcelona, España. Es autor de un excelente blog intitulado “Running por el Maresme”